Lipopapada Enzimática
cómo funciona?
La adiposidad localizada bajo la mandíbula y parte del cuello, comúnmente conocida como «papada», puede aumentar por varios motivos, incluyendo la disminución de la masa muscular, pérdida o ganancia de peso y factores propios del envejecimiento y la gravedad.
Una solución efectiva y no invasiva para contrarrestar la papada es la Lipopapada Enzimática, la que a través de inyecciones subcutáneas de productos tensores y lipolíticos, degrada la grasa localizada ofreciendo una mejora notable en la apariencia del cuello y la mandíbula.
Detalle del tratamiento:
La mayoría de los procedimientos de lipopapada enzimática tienen una duración aproximada de 30 minutos, sin embargo, la atención es cómoda y personalizada por lo que la sesión podría durar más tiempo.
El número de sesiones dependerá de los objetivos como de la evaluación general de cada paciente. Generalmente, se recomiendan de 3 a 6 sesiones, espaciadas por 21 días a 30 días cada una de ellas.
Los efectos del tratamiento pueden tardar algunas semanas en ser visibles, alcanzando su máximo efecto después de las respectivas sesiones indicadas. La duración de los resultados puede ser indefinida si se mantienen buenos hábitos alimenticios, una vida con actividad física regular y mucha hidratación.
El procedimiento puede causar una molestia leve a moderada, pero se utiliza anestesia o frío local para aumentar la comodidad del paciente.
Consejos después del tratamiento
- Evitar aplicar presión en la zona tratada.
- No maquillarse ni usar cremas mínimo por 48 horas.
- No realizar actividad física intensa durante al menos 48 horas.
- Evitar saunas y piscinas durante al menos 48 horas.
- No beber alcohol ni fumar por al menos 72 horas.
- Consultar antes de someterse a cualquier otro procedimiento.
- Si se sienten nódulos palpables, masajear según indicaciones.
- Espaciar eventos sociales posteriores al tratamiento, por al menos 72 horas.
Ventajas de la Lipopapada Enzimática:
La l-carnitina está presente de forma natural en el organismo y su principal función es la movilización de los depósitos grasos hacia la matriz mitocondrial, donde la grasa se convierte en energía. El mecanismo que desintegra la grasa acumulada se conoce como “fat-burner” o quemagrasas. Además de promover el catabolismo, también ayuda a desintoxicar, regenerar células y a restaurar la funcionalidad fisiológica de la dermis.
Este procedimiento ayuda a demarcar mejor la línea mandibular en pacientes que optan por tratamientos complementarios al ácido hialurónico.
Es una alternativa menos invasiva que la cirugía, con tiempos de recuperación más cortos y menores riesgos.
Personas para quienes no se recomienda:
- Alergia a los componentes del tratamiento.
- Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
- Personas con infecciones cutáneas activas, enfermedades autoinmunes.
- Historia de anafilaxis o múltiples alergias severas, pacientes con queloides, infecciones en el sitio de inyección, rellenos permanentes previos.
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